IV Master Andoain

La temporada de pesca pasó volando (será que no la hubo por tercer año) y casi sin darnos cuenta estábamos preparando de nuevo el concurso que abre cada año la campaña pesquera. Los hermanos Urruzuno saben bien lo que echamos en falta nuestros ríos navarros en el club puesto que no hay día que no se pase por Andoáin algún socio para echar unos lances, llueva, nieve o hiele, a sus peleonas truchas arco-iris y, de paso, comprar unos tungstenos, algo de fluorocarbono, etc.

ARAXES:
Como ya dejó dicho Xanti en el Blog, la novedad en esta cuarta edición sería la inclusión del coto del río Araxes situado junto a Tolosa, permitiendo la participación de cuarenta parejas en lugar de las veintiocho habituales, de modo que se repartirían diez tramos en el Leizarán, en lugar de catorce y otros diez en el Araxes.

Para quien no conozca el Araxes, se trata de un río pequeño, de cauce estrecho y rápido que desciende encajonado en una curiosa mezcla de caseríos rurales y naves industriales hasta el Oria. Cuando lleva caudal, el normal en invierno, la pesca se centra en los pozos que salpican en acotado pues las corrientes, rápidas y sin obstáculos, son difíciles a ninfa a pesar de las numerosas comunes que comparten el acotado con las arco-iris. Suele ser más visitado por pescadores tradicionales que por mosqueros que prefieren las badinas del vecino Leizarán.
No obstante, las condiciones en esta ocasión no serían las habituales, apenas había llovido en enero, así que, como ocurriera en la primera edición, el caudal era escaso y las truchas se concentraban al final de los pozos y badinas más profundos. En esta coyuntura lo lógico era pensar en ninfas muy pequeñas (o la seca si se ponían) y en pescar a pez visto para detectar las sutiles picadas de las arco-iris resabiadas, el tipo de pesca que se venía practicando durante estas últimas semanas de estiaje.

STREAMERS:
Otra opción, la que a la postre daría mejores resultados, era pescar a streamer. Streamers sí, pero con montajes discretos y variantes de huevas (la hueva clásica no estaba permitida), pescando como sólo algunos vascos saben hacerlo (puede verse en la web todavía el video-lección de Junami Terán e Iñaki Muñoz del pasado año). La explicación puede residir en que mientras que a la ninfa se acercaban hasta ver el hilo y rechazar a pesar de poner un 0.08, los streamers, a base de insistir, provocaban su agresividad a la que terminaban por sucumbir llevando hilos un poco más gruesos (0.13mm.). Eso sí la picada seguía siendo indetectable así que obligaban a seguir clavando a pez visto.
El viernes controlamos las dos mangas de Unai y Olain (Tramos 2 y 7 del Araxes). Pescaron recorriendo el tramo aguas arriba pero lanzando sus streamers al cruzado y corriente abajo, sin dejar de poner una ninfa o una seca cuando la ocasión lo requería. Conocían a la perfección los tramos, insistiendo sólo donde sabían que había peces y demostrándolo, pues terminaban por entrar. No les vimos perder ni una picada a pesar de que a streamer aguas abajo se sueltan generalmente muchos peces.
Mientras tanto, en el Leizarán, Pablo y Josetxo daban el campanazo. El Bombero midió 51 truchas en hora y media de manga, unos cien segundos por captura, haciendo de menos a su pareja, quien "solamente" apuntara veintiséis.
Como este año se competía en dos escenarios no comimos todos juntos en el Centro de Interpretación del Leizarán. Los del Araxes tuvimos el "pic-nic" sentados y a cubierto, en unos jardines a la entrada de Tolosa, donde no podía faltar un caldico reconfortante que tanto agradecerían Txutxín y "El Pimientos" Latasa (ambos de Río Arga) quienes vinieron de empalmada después de pasear un seto bajo su furgoneta por todos los bares de Donosti aquella madrugada. 

Por la noche, sidrería otra vez. Ya se sabe, a la voz de ¡Txotx! Todos en pie ante las cupelas de sidra. Alguno gritaba ¡Josetxotx, Pikotxotx! No sé si por error o por meter presión.

Antes de ir a cenar Xanti hizo, en el hotel, unos cuantos streamers copiando los de Unai, Juanpablo "El Percas o Sinsa" hacia lo propio con sus ninfitas en frente y yo no pude menos que burlarme diciéndoles que "Para qué..." y "Si total, da lo mismo...". Al día siguiente tuve que tragarme mis palabras y pedirle un par de esas moscas para evitar hacer cero, llevaba una hora a ninfa y no había manera de engañarlas (en el mismo sitio de Pablo y las 51) hasta que, en el mismo lugar, puse su streamer.

El sábado los que pescáramos el Araxes pasamos al Leizarán y viceversa. A las 8:00 comenzó a llover generosamente mientras que el viernes había sido soleado y algo ventoso. Xanti venía preparado y sacó dos paraguas de su viejo Skoda que no soltarían Unai y Olain mientras nos controlaban ni tampoco nosotros después. Más tarde haríamos lo propio con Antonio Becerra de Madrid y Ricardo Callejo de Valladolid, excelentes pescadores de seca y de ninfa también, en las mangas pares. Todos nos esforzaríamos, con mayor o menor fortuna, en localizar truchas no pinchadas en aquellos tramos repescados o en tratar de sorprender con algo diferente a aquellos peces que ya habían visto pasar, ante sus ojos, los mejores arsenales del país (también alguno francés) durante la jornada anterior.

Después de una larga ducha en el hotel para eludir el probable trancazo asociado a un día entero bajo la lluvia y para tratar de olvidar los errores y desastres perpetrados durante la competición, nos dirigimos a la sidrería Gaztañaga, en Andoáin, donde celebrar la cena de clausura y consiguiente entrega de trofeos.

Me llamó la atención, mientras iban llegando, los rostros de cansancio y agotamiento que intentábamos disimular los participantes después de dos días de competición, con sólo tres horas reales por día de pesca. La tensión debida al nivel de los participantes y lo complicado que era hacerlo realmente bien (acercarse a veinte capturas) en cada tramo, habían dejado su huella por un instante en pescadores acostumbrados a competir y a meter muchas horas en ríos físicamente más exigentes que éstos.

Contemplar el nivel, desde luego deportivo pero también humano, del personal allí reunido y disfrutar del ambiente que se crea en ocasiones como ésta es una razón más poderosa que el pasar unos días pescando con los amigotes o que la propia ilusión por competir y ganar que nos anima a todos para hacer los esfuerzos necesarios (de calendario, familiares o económicos) para volver a participar año tras año en este fantástico concurso.

El alcalde de Andoáin, sentado a mis espaldas, apenas podía creerse la atmósfera que se respiraba en aquella sidrería. En un deporte como este la competitividad se acaba con cada manga y las diferencias se dejan de lado (esto va por Rubén y Tanarro) para saber reconocer y alegrarse con el mérito de los justos triunfadores de cualquier prueba.

CLASIFICACIÓN
La clasificación de este concurso es, año tras año, espectacular, el nivel de todos los participantes (o casi todos ¿Qué le vamos a hacer si tenemos buenos enchufes...?) está a la altura de un Campeonato de España u otras en las que el escenario es determinante, en cambio aquí, muchos han dedicado sus jornadas a entrenar y cualquiera tienen acceso a información de primera con lo que todo está muy igualado, no había más que echar cuentas del número de medallistas e internacionales reunidos para la ocasión.

Finalmente los ganadores fueron Aitor Urruzuno e Iván Vergé, la ovación fue impresionante y con el trofeo se llevaron el viaje gratuito a Alaska cortesía de "Alaska Robin Fishing". El primero es uno de los pescadores mejor valorados a nivel humano y deportivo del país, con un don para la pesca y que jugaba en casa pero que apenas había pisado el escenario (no lo necesita), el segundo un deportista que se prepara al máximo y un especialista en este tipo de campeonatos con abundante pesca repoblada pero difícil.
Segundos quedaron Arkaitz Martín e Israel Martínez, ambos campeones de España, y el segundo, de León, sin apenas experiencia en Andoáin pero que contaba con uno de los grandes maestros del lugar para ponerse al día, como bien demostrara con la pieza mayor de 58.5cm.
Terceros: Ander y Josu Pérez, hermanos y sin embargo pareja (de pesca...) también de Andoáin que últimamente están cosechando éxitos con regularidad, como el del pasado Anglés, con permiso de Iván, por supuesto, que también lo ganó.
Cuartos: Olain Irizar y Unai Urkia, un peligroso tándem que siempre está ahí, esperando su ocasión, el pasado año Unai ascendió a Alta Competición y tienen ambición y buenas perspectivas en la competición.
Quintos: Santi Llano y Fernando Gómez de Segura, expertos en todo y en streamer en río en particular, técnica con la que ya ganaron en la anterior edición.
Sextos: Juanmi Terán e Iñaki Muñoz, otra pareja del lugar que está al máximo nivel pero que tiene que pelear con el altísimo nivel del País Vasco.
Séptimos: Jonatan y Beto, ganadores de la primera edición y subcampeón del Mundo el primero a pesar de que de los dos el bueno es el segundo.
Y octavos: Josetxo y Pablo el Bombero, dos de los grandes, temidos a nivel mundial (se lo he oído decir hasta al seleccionador inglés) que lograron el mayor número de capturas, 140. Pablo con 95 peces haría una media de una trucha cada tres minutos y medio con lo que también fue el mejor individual. Y así seguiría con toda la clasificación, recordando los méritos de todos los participantes venidos de todos los rincones del país, Murcia, Aragón, La Rioja, Cataluña, Galicia, León, Soria, etc. o Albí (Francia), y por supuesto de Navarra donde ponemos todo nuestro empeño para estar al nivel de este fantástico "Master del Leizarán" y soñamos con volver cada año para, algún día, dar el campanazo y copar el podio.

Algo de trembleque tengo al grabar en el vídeo, es una cámara de fotos osea que no pidáis demasiado

Las fotos algo mejor, pero aprendiendo, ahora unas fotografías de la competición

Vemos a todos los que pescaron algo

Aquí ya salimos casi todos, sobretodo los que destacamos en las quintas mangas................

Varias fotos de las cenas