Días de Pesca

Pescando en Eslovakia 2010

Perpetrado por Pepe Díaz

timalosHace unos años Josetxo, nuestro mundialista, me pidió que llevara a pescar a un amigo suyo, venido de Eslovaquia, un par de días ya que él no podía por motivos de trabajo, acepté de buen grado y me llevé al Pirineo y al Arga a un jovencísimo pero ya veterano mosquero Vlady, un chaval serio, educado y con una técnica de lance de academia. Josetxo  conoció a Vlady y a su padre, como guías durante los entrenamientos para el mundial que tuvo lugar en los Tatras allá por el 2.004, en seguida hicieron amistad y más tarde les invitaría a conocer los ríos de nuestro país.
Lo pasó muy bien aquí, así que en cuanto pudimos, Carlos, mi compañero de peripecias por Irlanda y Escocia y quien suscribe, comenzamos con los planes. Casualmente Vlady me envió entonces un correo por si sabíamos de algún amigo interesado en pescar con él ya que tenía huecos después de la celebración del Mundial Juvenil de mosca en Liptovski Mikulas, su ciudad, durante el verano. ¡La suerte estaba echada! Nos pusimos manos a la obra (en realidad Carlos) y reservamos unos billetes para Viena y un coche de alquiler. A Aritz César, con quien pesco mucho el Pirineo, le gustó el plan y se apuntó también, el equipo era perfecto: Carlos en la logística, yo en el aspecto técnico (cerveza y pesca) y Aritz cocinero y cebo para las checas, sólo quedaba esperar a que llegara el ocho de agosto.

Aterrizamos en Viena sin complicaciones y fuimos a por el coche, un modelo más pequeño que el elegido y con un recargo extra por circular por Eslovaquia, razonable a la vista de lo locos que están los conductores allá. Cruzamos la frontera y a los veinte minutos nos pusieron nuestra primera multa, en Bratislava, de entre 10 y 60 euros ¿¿¿??? Por supuesto pagamos 10, para eso somos españoles. El resto del camino hasta Liptovski, sin problemas, bueno hasta que paramos en una taberna de carretera para echar la primera birra y un buen hombre se acercó, pensamos que a pedir limosna, y lo mandamos a T.P.C., en realidad aquello era un parking y él el cobrador, le pagamos al marchar después de ver los carteles y pedirle disculpas.
(Nota para los que hagáis este y otros viajes: no olvidéis llevar un TOM-TOM con la cartografía del lugar actualizada, si no es por el de Carlos todavía estamos allí)

Después de cruzar medio país acompañados por la silueta de los Cárpatos, aquello recuerda a nuestra Cornisa Cantábrica pero con evidentes signos de comunismo aún reciente, el paisaje se volvió más abrupto, los ríos que cruzábamos más claros y llegamos a Liptovski. Buscamos una terraza y pocos minutos después de llamar a Vlady ya compartía nuestras segundas cervezas checas. Nos acompañó a nuestro alojamiento, un ático de la casa de un amigo, preparado para alquilar durante la época de esquí y nos sugirió un lugar para cenar al que volvimos casi todas las noches.
Mientras cenábamos, sobre nosotros, en una discoteca de la planta superior, los participantes celebraban la clausura del Mundial Juvenil y los competidores españoles más que nadie: segundos por equipos y un segundo individual eran motivos más que suficientes y eso que no conocían antes los tímalos pero Vlady les echo un capote... No quisimos entrometernos, era su momento.

LA PESCA:
Había zonas en las cuales podíamos sacar fotos con grandes tímalos, aquí estoy con una de las capturas que me hizo mas feliz, ya se nota por la cara de satisfacción que tengo.Nos levantamos temprano la primera mañana y espontáneamente surgió una rutina que se repetiría más o menos cada día: Levantarnos, desayuno y compra cerca de casa de Vlady, carretera (15 minutos unos días, hasta una hora el resto), permisos y charla-compra en la tienda o club de pesca local, pesca, bocata, pesca, regreso, cena, cervezas y cama. No sé las veces que Vlady se partió de risa recordándonos que en un correo le dije que no se preocupara porque nosotros no éramos obsesos como Josetxo, o Pablo, capaces de estar 15 horas sin descanso en el río. ¡Qué va! ¡Sólo estábamos 10 o 12 horas de nada cada día! ¡Y en todos era el anochecer quien nos sacaba del río que no salíamos por voluntad propia!

Poprad 1

Nuestro primer contacto con aquellos ríos no pudo ser más prometedor: era lo que esperábamos después de ver el documental que Toño hiciera para "Caza y Pesca" con Pablo Castro, Josetxo y los Urruzunos, guiados por Vlady, en aquellar tierras ya que pescaríamos ríos diferentes pero con características similares y, como también les ocurriera a los campeones, los ríos estaban todavía de bajada después de un fuerte temporal.

Vlady nos llevó a la parte alta del Poprad, un tramo de río de suaves tablas y fondo de cantos pequeños y oscuros con una población inagotable de tímalos y truchas de tamaño medio y pequeño. Pescamos casi todo el tiempo al hilo con dos ninfas pequeñas que truchas y tímalos tomaban generosamente. Particularmente recuerdo de ese tramo una vena excavada junto a la orilla por un afluente que me proporcionó picadas, casi a cada lance, de tímalos de 30 para arriba en toda su longitud, pero que al volverla a pescar, días más tarde, sólo me proporcionó varias truchas. Ejemplos como este sirven para reflexionar sobre lo que sabemos y lo que no, porque tras un día de fortuna parece que ya le hemos cogido el truco y lo sabemos todo (Carreré) mientras que al siguiente no sabemos nada si los peces no pican.
Por la tarde subimos a .......... una bifurcación en una zona urbana recreativa donde, observados por los paseantes, pescamos bastantes truchas repobladas a seca

Río Poprad Aritz con un tímalo en el Poprad Carlos con timalo en el Poprad trucha del Poprad

SPISSKA NOVA, EL PARAISO ESLOVAKO:
Aquel día nos reunimos con la selección de Sudáfrica, a los que Vlady había asesorado durante la competición (a dos de los españoles, Marc y Gerard, les ayudó antes de la competición y ya se ha mencionado el resultado), para pescar lo que allí llaman The Slovak Paradise, un pretencioso nombre para un parque natural que, a pesar de su encanto, no tiene comparación con algunas de nuestras joyas, pero ya se sabe: lo nuestro no lo sabemos apreciar, es algo muy español.

En las estribaciones de los Low (bajos) Tatras el río Hornad atraviesa una región de blanquísima caliza formando unas gargantas impresionantes, pobladas por un denso bosque de oscuros abetos, píceas y hayas que dan al lugar una silenciosa atmósfera de leyenda que cautiva a los numerosos visitantes. No pudimos hacer muchas fotos porque durante todo el día se sucedieron tormentas que en un marco semejante, comparable a los Alpes, nos sumergían en momentos de oscuridad en pleno día, rota sólo por los destellos y el estruendo de los rayos (eso sí: nadie soltó la caña ni un minuto).

Dejamos a los sudafricanos en las inmediaciones del acceso al Parque y nos zambullimos en aquella espesura: el río, que generalmente es absolutamente transparente, se fue enturbiando y la pesca se puso difícil, no obstante, el hecho de estar allí era suficiente recompensa y algunas truchas pequeñas picaban de vez en cuando. Al final del día los africaners se habían marchado y los cuatro habíamos pescado alrededor de la docena de truchas de 20-24 cm. y varios tímalos de hasta 30, sin hacer caso a los continuos chaparrones. Nos esperaba una ducha bien caliente y una sopa en el restaurante de la discoteca.

Cañón del río Hornád Río Hornád Río Hornád Aritz en el cañón trucha Una de las truchas pescadas en el cañón

 SOPA DE BERZA:
buffetCarlos, que es hombre de mundo, viaja mucho, se fijó en seguida que en las cartas de menús siempre aparecía una larga lista de sopas. Comentó que debía tratarse de una tradición local y Vlady nos sacó de dudas dándole la razón y explicando las diversas variedades que toman habitualmente en la región. La más popular es la sopa de berza. Nada más que escucharlo me produjo náuseas pues unos vecinos, cuando era niño, cocían berza, cada día del invierno, en el piso debajo del nuestro. La berza allí se somete a un proceso de fermentación con otras verduras para preparar dicha sopa, Carlos y Aritz aceptaron probarla y les encantó, yo me negaría hasta que la mojadura del Paraíso me obligó a probarla y tuve la agradable sorpresa de que aquello no recordaba para nada a nuestra berza cocida. Otras sopas, como las de ajo o queso, también nos encantaron, venían presentadas en un gran cuenco con buenos tropezones o picatostes, el reconstituyente perfecto después de un día entero de remojones.

NOTA: Tomando una sopa, 3-4€, y un plato principal (carne y vegetales o patatas fritas o cocidas) acompañados por un par de pintas nos cobraban unos 50€ los cuatro para cenar, no compensaba hacer compra para cocinar en el apartamento y menos llegando todos los días más tarde de las 11:00.

ALGO DE TURISMO PARA TERMINAR:
A Carlos y Aritz los sacamos a la fuerza de Zilina para no quedarnos sin cenar pero luego, con unas pintas de más, insistieron en ver algo del país, el último día, antes de regresar. Por la mañana subimos a una estación de esquí en los Low Tatras porque los High Tatras, los altos y espectaculares de verdad, estaban muy cubiertos. Cogimos un telesilla y luego trepamos hasta la cumbre, las vistas desde allí son espectaculares, en frente los High Tatras y tras ellos Polonia. Al este, más lejos, Ucrania, a nuestros pies los verdes valles que recorren algunos de los mejores ríos que hemos conocido y en las laderas interminables bosques donde todavía sobreviven osos, lobos y linces boreales.
A la tarde decidí quedarme en el apartamento y echarme una siesta mientras el resto visitaba los alrededores de Liptovski Mara, el embalse aledaño a Liptovski desde donde remontan truchas y huchos de gran tamaño. No pudimos pescar el río Vah, el principal debido a la riada, quizá en el habríamos conseguido algún hucho y a buen seguro, según Vlady, las enormes truchas plateadas que suben desde el embalse.
hongosNo llevaba dormido ni minutos cuando los gritos del propietario de la casa me despertaron, no entendía nada pero parecía de buen humor así que no me alarmé. Bajé al jardín y allí me esperaba toda la familia y un francés residente en la zona pero que hablaba español. Sacaron no sé qué licor y el resultado ya se puede esperar, para cuando volvieron mis compañeros, ya habíamos dado buena cuenta del licor y de de varias botellas de tinto francés que trajo aquel buen hombre. Que no me pregunten en que idioma hablamos... Aritz preparó un revuelto de hongos, Boletus Edulis, que la madre de Vlady recogío para nosotros, allí también hay una gran tradición setera, más les vale que no corra la voz.
De madrugada Carlos y su Tom-Tom nos devolverían a Viena, mientras yo dormía la mona, desde donde volamos a Madrid y, tras sólo cuatro horas de retraso y seis de espera en Barajas, aterrizamos en Noáin. Ni un pero, todo a pedir de boca.

PRESUPUESTO Y OTROS ASPECTOS:
Nos gastamos unos 1.000€ cada uno en aquellos ocho días, seis de pesca y me atrevo a asegurar que un buen pescador, con los ríos en condiciones, puede superar las cien capturas diarias de media, de forma que podríamos decir que le saldría a euro la captura. No conozco muchos lugares donde pueda asegurarse lo mismo.
Los permisos cuestan entre 17 y 20, la licencia no lo recuerdo. El alojamiento es barato, el apartamento que nos consiguió Vlady cuesta 20€ (nosotros pagamos 8) por día y para cuatro pescadores en perfecto. Comer en bares y restaurantes, como ya hemos dicho, entre 7 y 20. Curiosamente los supermercados no son tan baratos como cabría esperar, ni la gasolina tampoco. En cuanto al guía, es más que aconsejable porque no todo el mundo habla allí inglés y los ríos son los ríos, aunque en la hostelería siempre hay alguien joven con quien hacerse entender.
En cuanto al coche, el Ford Focus familiar que reservamos habría sido justo para cuatro, el Peugeot 308 que nos dieron se quedó pequeño, por lo que es aconsejable elegir un modelo espacioso o llevar un experto en "Tetrix". No hay que olvidar pagar un seguro completo y el recargo si, como nosotros, cambiamos de país (de Viena-Austria a Eslovaquia), hay que avisar o puede haber problemas. Tampoco hay que olvidar, como nosotros hicimos, comprar el ticket para poder circular en autopistas, allí, como son europeos, no hay peaje, se "fían" pero nos dijo Vlady que si te pillan te crujen.
Si tuviera que resumir este viaje para un pescador interesado en repetirlo, le diría que se trata de un lugar muy interesante, donde la pesca está garantizada a condición de tener cierto nivel con la caña de mosca, pero donde no se prodigan los peces grandes, algo común en esas latitudes que en otras zonas más visitadas solucionan repoblando. El país es completamente seguro si excluimos a los conductores suicidas y los lugares para visitar inagotables, desde el río hemos visto desde castillos hasta parques acuáticos o estaciones de esquí. La gente es fantástica, educada y atenta y, al contrario que en otros lugares, en las tiendas de pesca verdaderos expertos comparten sus conocimientos con el visitante tanto en equipamiento como en los escenarios. Extraña que, siendo tan bajos los salarios, el material de pesca viene a costar lo mismo que en España, quizá porque las grandes marcas marcan precios fijos para Europa, aunque es posible encontrar alguna ganga. Aritz por ejemplo, se compro una caña HENDS de diez pies por doscientos euros, también venden buenas ninfas y no son caras, pero no hay que dejarse engañar, que bien que nos vendieron unas ninfas de tungsteno de 4.5mm que en realidad eran de latón.
Cualquiera interesado puede ponerse en contacto con Vlady en su e-mail, también está en FACEBOOK, habla un perfecto inglés y algo de español.

Dirección: 1. maja 111
031 01 Liptovsky Mikulas
Slovakia

Email

Teléfono: 00421 907605955

 

 

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