Los preparativos
Todo fue muy fácil: Como la logística del viaje era más que conocida para Jesús, puesto que había hecho ese mismo viaje los últimos cuatro años, solo hubo que concretar las fechas de nuestra estancia en Argentina e informar de las mismas a José Luis, nuestro guía Argentino, que además nos proporcionaría la cabaña para el alojamiento.
Todo esto quedo ya resuelto un par de meses antes del viaje. Y como el clima Argentino no planteaba diferencias notorias respecto a lo conocido aquí, la indumentaria de pesca no precisaba cambios de importancia.
Eso sí, puesto que íbamos a pescar sin tregua durante 18 días, en esos dos meses que nos quedaban nos aplicamos en reforzar nuestro stock de moscas: unas 300 ninfas extra a cargo de Jesús, y unos 150 streamers a mi cuenta.
El viaje
Y llegó el momento: Viaje en coche a Madrid en la tarde del día 5/Feb, avión hasta Buenos Aires, transbordo al aeropuerto de vuelos nacionales y avión hasta Esquel. Allí nos esperaba Carola, esposa de José Luis (nuestro guía), que nos condujo en coche hasta nuestro campamento base. Esto era en Trevelín, localidad de unos 10.000 habitantes sita en la provincia de Chubut, a unos 300 Km al sur de San Carlos de Bariloche, muy cerca de la cordillera de los Andes y de la frontera con Chile.
Eran las 4 de la tarde cuando llegamos. En total unas 20 horas, entre viajes en coche, avión, y esperas en los aeropuertos.
Punto A: Situación de nuestro campamento base en Trevelín